Y es que así somos, seres humanos...

Hablamos para comunicarnos, desahogarnos o simplemente hacer felices a los demás. Reímos porque algo nos hace gracia, por aguantar la situación, por no quedar mal y quizás incluso por no llorar. Soñamos lo inalcanzable o quizás lo más sencillo, porque todos queremos un futuro hecho a nuestra medida, a veces todo va bien, otras no podemos conseguir lo deseado, y en las peores veces nos equivocamos de sueño y al rectificar jodemos a los que nos rodean, también compartimos sueños y a veces se rompen. Existimos porque alguien lo quiso así y debemos seguir nuestro camino y no dejar que nadie nos impida vivir. Lloramos por decepciones, por desilusiones, por errores nuestros y de los demás, lloramos porque algo fue demasiado fuerte y no pudimos aguantar el dolor, lloramos por incredulidad, por recuerdos, malos, buenos, perfectos, por cosas que sabes que no se van a repetir, o que si se repiten, nunca serán iguales, pero la manera más bonita y la menos común por la que lloramos es por felicidad. Además somos idiotas, cometemos errores, apartamos a quien no conocemos, odiamos a quien no nos convendría odiar, queremos a quien más daño nos hace, pasamos de quien más nos quiere y confiamos ciegamente en quien queremos. Y es que así somos, seres humanos, cada uno diferente, pero en el fondo todos muy iguales, aparentemente sencillos, pero realmente muy complejos.

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