Tiempo, fe y confianza

A veces perdonas porque piensas que cambiaron, que si vuelven a buscarte es porque te quieren, y que las cosas no van a ser como antes, que todo va a ser más fácil y rápido. Pero llegamos a un punto en que pensamos de que todas las razones esas por las cuales llegamos a perdonar, no son ciertas y te cansas. Te cansas de todo. De ser tan inocente por pensar cosas que sabemos perfectamente que no son así. Pero no queremos abrir los ojos y somos nosotros mismos los que nos engañamos. Llegamos a tal punto en el que no sabemos que mierda hacer, si volver a confiar, si volver a perdonar, a dar todo por alguien, a entregar todo lo mejor de uno, que eso no es poco. Pero es tanta la decepción que piensas en que siempre va a ser así y no vamos a querer sacarnos la venda de los ojos. Siempre vamos a mirar hacia el mismo lado y nunca vamos a querer mirar a otras personas que probablemente tengan mucho que dar. Pero no. Siempre pensamos que nos va a pasar exactamente lo mismo que nos paso antes. Y no solo eso. No es que no queramos mirar hacia otro lado por pensar eso, es porque nosotros mismos sabemos que es con esa persona con la cual queremos estar, y que ha pesar de todo lo que haya pasado la sigues queriendo, y todavía tienes esperanza de que todo cambie y sea mejor, de que se de cuenta que es lo que tiene enfrente y no sabe aprovechar o tal vez piense que lo da todo, y no es suficiente para hacerlo saber. Pero el problema de todo eso no es solamente que no sepan darte lo que tu esperas, tal vez nosotros esperemos cosas que los demás también esperan y no lo sabemos dar como ellos a nosotros. Todo es cuestión de tiempo, fe y confianza.

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