Era un poema...
Era un poema tan triste que lágrimas tenía en vez de tildes y cada vocal era un lamento de un pajarillo sin alpiste. Era un poema tan triste que ni siquiera rimaba y cuando acaso lo intentaba salía un ripio como este. Era un poema tan triste, tan triste que sus estrofas se suicidaban y jugaban a los ahorcados con todos los versos tachados. Oh, que triste es el verso triste que hasta se le caen los mocos y cuando intenta ser feliz solo produce sofocos.