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Mostrando entradas de agosto, 2012

La gente que merece la pena

La gente que merece la pena no se hace notar, pero cala. Tiene educación: no interrumpe sin un motivo importante. Cierra la puerta tras de sí cuando entra en la habitación. Antes de poner la música, te pregunta si te molesta. Puede parecer una tontería, pero la suma de detalles crea el conjunto. Aunque le sobren motivos para maldecir, sonríe. Pasa por momentos complicados, pero sabe que no merece la pena salpicar con su problema a los demás. Prefiere calmarse hasta que encuentre una solución o, simplemente, los nuevos tiempos amanezcan sin nubarrones. No da consejos y sabe recibirlos sin enconarse en una disputa que en realidad es la negación a aceptar otras realidades. Tiene palabra. Es decir, se moja a la hora de mostrar su apoyo a una persona o a una causa y luego la cumple. Mejor dicho, su palabra tiene valor. Por eso, no utiliza el móvil ni Internet para cambiar una cita de hora o de día, o suspenderla indefinidamente. Si lo hace, es por un motivo grave. Otro detalle. Es ant